Juego De Azar: capitulo 09

Se que este blog trata de rock y moda... pero me he sentido deprimida ultimamente y que mejor remedio para la depresión que escribir, esta es una historia inspirada en sentimientos, ojala te agrade y por favor comenta. Derechos de autor están reservados.
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CAPITULO 09: OPORTUNIDAD

Al día siguiente, me levanté muy temprano, y estaba animada, en realidad me sentía feliz de lo ocurrido la noche anterior, pero temerosa de arruinar una hermosa amistad, así que trate de no preocuparme demasiado y tome una ducha. Me fui a la cocina, y encontré a mi madre desayunando, ella notó rápidamente la sonrisa que se dibujaba en mi rostro.
- ¿Cómo amaneciste Jaz? - me preguntó mi madre
-Pues, bien mamá - le respondí con tono entusiasta
-Estás muy alegre hoy
-Supongo que sí, tuve un entretenido fin de semana
- ¿así describirías tu fin de semana?
- ¿que estás insinuando mamá?, solo me divertí un poco. Tú sabes, diversión sana
-No preguntaré nada más en ese caso. Sólo te veo sonriendo, así que supongo que eso es bueno
-Claro que es bueno mamá. Bueno voy a salir un rato, ya regreso
-Aún no desayunas
-Comeré en el camino. Chau mamá
Me vestí apresurada y me fui al Mall (centro comercial), tenía ganas de comprar algo, aún no estaba segura de que es lo que exactamente quería comprar, pero seguí mis impulsos y me fui a una tienda de cosméticos, la verdad no soy una experta en esas cosas pero ahora tenía una nueva necesidad, necesitaba verme atractiva, así que compre lo que según yo me haría verme de esa manera, un lápiz labial rosa pálido y máscara para pestañas. Salí de la tienda y me dirigí al patio de comidas a comprar un sandwich de helado, justo cuando empecé con el primer bocado sonó mi teléfono.
- ¿hola?- contesté
- Hey Jaz - me dijo la voz de Roberto- ¿cómo estás?
-Hey Robert, no me esperaba tu llamada.
-Solo quería saber cómo te encuentras.
- Pues, estoy bien para ser sincera. ¿tú cómo estás?
-De maravilla, dormí como un niño gracias a tu beso de buenas noches.
- ¿así?- dije sonrojada mientras hablaba por mi teléfono- es bueno que te haya sido tan productivo
-fue mucho más que eso. Me gustaría volverte a ver hoy, aprovechando que estamos libres
-A mi también me gustaría. Pero ahora estoy en el Mall y mi helado se esta derritiendo por completo en mi mano.
- Yo estoy en una calle cerca de ahí, esperame diez minutos, y te encontraré ahí.
- Estoy en el patio de comidas, y supongo que terminaré el resto de lo que queda de mi helado. Te esperaré.
- Entonces, nos vemos
-Nos vemos, chau
Ya ni siquiera podía explicarme a mi misma lo que estaba sucediendo entre Robert y yo, pero la idea de estar juntos me gradaba cada vez más. Me senté en una banca y acabe mi helado, miré mi reloj cuando derrepente alguien me tapó los ojos y me susurró al oído.
- ¿disfrutaste tu helado? - mientras me quitaba las manos de encima
- Robert, casi me matas del susto.
- Esa era la intención - me respondió con una sonrisa
-Te crees muy astuto ¿no?, Yo te mataré de un susto, ya verás, me vengaré
-No puedes conmigo, y eso ya lo sabes.
Nos acercamos y nos dimos un suave beso
-¿Me extrañaste?-le pregunté
-Cómo no extrañarte ni siquiera un instante.
-Sabes exactamente que decirme - le sonreí
-Contigo cerca siempre sé qué decir
-Robert, me sonrojas demasiado, por favor no continues
-Está bien Jaz, no te diré nada más, tampoco quiero incomodarte
-No es que me incomodes, simplemente no aún no me acostumbro a tus halagos
-Te irás acostumbrando. Te gustaría acompañarme a almorzar
- Pues no sé, dime a dónde peinsas ir
-Pues hay un restaurant de comida cantonesa por aquí cerca
-Suena bien
-Entonces supongo que eso significa que sí
-Acertáste
Nos fuimos caminando juntos, de rato en rato el intentaba tomarme de la mano, pero yo lo evitaba debido a que me sentía un poco fuera de lugar.
Disfrute mucho el almuerzo junto a Roberto, no quiero admitirlo pero creo que me estoy enamorado de él. Siempre fui la mejor amiga de un gran chico, y me acostumbre a estar con esos “perdedores”, ahora por fin tenía la oportunidad de dejar de ser “la mejor amiga” y formar realmente parte de su vida.
- ¿Te acompaño a casa?- me pregunto Roberto
- Si serías tan amable… - le respondí con una sonrisa
- Vamos, te acompaño
Me acompaño a casa como todo un caballero, bueno yo lo sentí de esa forma. Me dio un beso de despedida en el umbral de la puerta, pero simplemente tenía ganas de continuar besándolo, él se dio cuenta y se rió.
- ¿qué te parece tan gracioso – le dije
- Que realmente deseas que me quede
- ¿y qué tiene de malo eso? - me reí
- Sé que te encanta estar conmigo y para ti es difícil admitirlo
- Está bien… es difícil admitirlo, es que me siento rara, tú sabes
- Te entiendo, no te seguiré molestando con el asunto
- Bien, entonces, no sé, me preguntaba si te gustaría acompañarme en casa para , no sé, tal vez mirar un poco de televisión juntos
- Me encantaría
- Bien, entonces entra
Roberto se sentó en el sofá, mientras que yo tomé el control remoto de la televisión y me senté recostándome en él. Mi madre salió de casa diciendo que iría a casa de una amiga suya, así que teníamos la casa sola para los dos. Roberto me miró sonriéndome y yo le devolví la sonrisa. Me tomó del mentón y de pronto estábamos besándonos otra vez, pero está vez era más intensamente, con mucha más pasión que el día anterior, yo me sentía volar entre sus brazos y no quería que él se detenga, le correspondía mordiendo sus labios con tantas ganas que durante un instante sentía que le hacía daño y me detuve, él me miró directamente a los ojos y volvimos a besarnos. El sabor de sus labios me era más agradable cada vez que lo besaba, era el sabor más dulce que yo haya probado. Nos detuvimos nuevamente y me dijo algo que jamás imagine, siempre soñé con oír esas palabras algún día y esa tarde juntos se hizo realidad mi sueño, porque era la primera vez que alguien las dijo con tanta sinceridad; “Jazmín, te amo”. Fue entonces que mis ojos se llenaron de lágrimas de felicidad y comencé a llorar como una tonta, pensé que mi llanto arruinaba el momento, y en medio de sollozos le respondí “Yo también te amo”. Él me beso la mejilla y nos quedamos abrazados durante un momento, puse mi oído en su pecho y supe que él se sentía tan emocionado como yo tras oir el sonido de su corazón. “Sabes que lo mío nunca fue un juego, y jamás te lastimaría, solo quiero pasar el resto de mi vida junto a ti”.


Juego De Azar: capitulo 08


CAPITULO 08: SATRIANI

Me recosté a tomar una siesta mientras que esperaba a que llegara Roberto, cerré los ojos y rápidamente me deje llevar por el hechizo de Morfeo. Recuerdo que vi a mi padre, de pie, con su ropa de trabajo y lo vi tan claramente, de la misma forma de cuando aún era una niña, él estaba sano y en perfecto estado, caminando con expresión de calma en su rostro. Luego se fue, y el cielo y todo alrededor se puso gris y vi gente hostil, con mirada penetrante y rapidamente me vinieron los recuerdos de todo lo malo que me ocurrió en el pasado, vi a mi madre llorando conmigo en la calle, me vi a mi misma acompañada de ese mal hombre que embarazo a mi ex mejor amiga.
De pronto sentí que me jalaban de la mano fuertmente y abrí los ojos.
-Jazmín, despierta querida - dijo mi madre
- Mamá - dije sorprendida - tuve un mal sueño
- sí hija, lo sé.
- Ve y dile a Roberto que me espere cinco minutos, quiero arreglarme
Me lavé la cara e hice el intento de maquillarme, y salí a saludar a Roberto.
- hola Robert
- Jaz, no quería ser inoportuno, disculpame si te molesta mi presencia
- Hay por favor Robert, no te preocupes llegaste justo a tiempo para sacarme de mi pesadilla
- ¿Estabas descansando?
- Pues la verdad, solo hice el intento pero tuve un mal sueño. Bueno ¿y ahora que haremos?
- Traje unas películas, y como sé que nos gusta la misma música, pensé que te gustaria este CD con los solos de guitarra que más me gustan.
- Eres demasiado bueno Robert, gracias. Wow, Satriani es genial
- No es nada Jaz, tu sabes, me gusta verte felíz.
- Sabes, ¿porque no damos unas vueltas por ahí y luego regresamos a ver las pelis?
-buena idea.
Tomamos nuestras chauqetas y nos dirigimos al parque, ya que solo estaba a un par de cuadras de mi casa. Nos sentamos en a culumpiarnos un rato, puesto que como era un día nublado no había muchos niños alrededor.
- ¿Recuerdas la época de la universidad?- me preguntó Roberto
- Sí... cómo no recordarla - le dije con una leve sonrisa
- Cuando nuestro pasatiempo era jugarnosla de rockeros
- por supuesto, cantando a dúo y riendonos de tonterías. Eramos lo mas "cool" de la universidad.
-y tú de enamorada con ese tipo que embarazó a Marina, la verdad nunca me cayo bien
- Cambiemos de tema, o me enojaré y nunca más te hablaré.
- está bien, cambiemos de tema niña hermoza
- hay nooo Roberto, no me gustan los halagos excesivos de tu parte. Me gusta ese Roberto tosco y jugueton como eras antes
- bien Jaz, no te hablaré nada más del tema. Contigo es caso perdido
Regresamos a mi casa a paso lento, conversamos de las cosas de antes, música y películas. Cuando llegamos a casa ya eran casi las siete de la noche, y nos pusimos a ver una película de artes marciales. Eran casi las diez cuando recoste mi cabeza sobre su hombro, y me acaricio los cabellos. Sentí que la piel se me ereziba, no sé si por el nerviosismo o el miedo de que mi mejor amigo me este dando cariño.
Lo miré fijamente a los ojos y el acercó su rostro, y aunque sabía que me odiaría a mi misma por dejarme llevar por el momento deje que me besara y yo le correspondí, talvez necesitaba ese beso suave y lento, no puedo negar que me encantó la forma en que jugaba con mis labios, así que lo tome de la mano, y me acomodé más cerca de él. Abrí los ojos lentamente y él me estaba mirando, quizé decirle que sentía verguenza de lo ocurrido, pero no me lo permitió. Estaba completamente hipnotizada por el momento. Nos besamos por más de media hora, él miro su reloj, y dijo que era hora de despedirse, nos dimos un último beso de despedida, y se fue.
Sabía perfectamente las consecuencias que tendría por involucrarme con mi mejor amigo, pero quería correr el riesgo con él, ya no soy una adolescente y merezco ser correspondida por lo menos una vez en mi vida. Esa noche escuche el CD que Roberto me obsequió, en especial la melodía de Satriani, me recordaba todos los mejores momentos que pasamos juntos por todos estos años.

Juego De Azar: capitulo 07

Se que este blog trata de rock y moda... pero me he sentido deprimida ultimamente y que mejor remedio para la depresión que escribir, esta es una historia inspirada en sentimientos, ojala te agrade y por favor comenta. Derechos de autor estan reservados.
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CAPITULO 07: OSCURIDAD



Cuando te das cuenta que la vida es demasiado corta, y reflexionas sobre lo que haces con tu vida, piensas en si realmente vale la pena es esfuerzo para encajar con todos los demás. Mi padre nunca fue un hombre rico, pero vivió tal como eligió, se divirtió mucho; gozó de todas las facilidades y caminó siempre en el camino ancho y vano, olvidó su familia para realizar lo que para él era realmente importante. No puedo decir “pobre de él”, porque el disfruto y tuvo mucho más que lo que mi madre y yo tuvimos. Lo que si puedo decir es que en realidad, me da mucha lastima que haya tomado esa decisión tan radical en su vida, abandonarnos para ser feliz, porque él fue feliz a su manera, pero lamentablemente la consecuencia de su decisión haya sido la soledad. En mi deber de hija, nunca dude cuidar de él, cuando lo vi en esa cama de hospital, porque no me compete juzgar a mis padres. Yo lo perdoné, y durante el tiempo que lo volví a ver, y cuidar de su delicada salud, le di todo mi amor, y mi compasión, porque ese es mi deber de hija, amar a mis padres sin importar cuáles sean sus actos.
El día del funeral me sentí completamente sola, abandonada, sin más razones para vivir. En realidad no estaba completamente sola, mi madre estaba ahí, a mi lado, acompañándome en mi dolor; Roberto, mi amigo incondicional también asistió junto con los demás chicos del trabajo, Marta, Teresa y Daniel. Son esos momentos difíciles los que te demuestran quiénes son las personas que realmente se preocupan por ti.
Creo que las lagrimas son la mejor forma de desahogarse, peo en mi caso, esa tarde, simplemente caían, y caían sin para sobre mis mejillas. No sabría explicar cuantos litros de lágrimas salieron de mis ojos durante la semana, pero el dolor en mi pecho era mucho más potente que miles de ardientes cuchillos atravesándome el corazón.
Los días se sentían transcurrir demasiado lentos, y las largas y oscuras noches se sentían eternas. Los almuerzos en el trabajo eran silenciosos, dentro de mi mente no había nada, nada quedaba. Podía verlo en cada uno de mis sueños, y despertar en pesadillas. Podía sentir quedarme sin aliento, y sin ganas de levantarme para trabajar, sin ganas de beber agua, simplemente, sin ganas de existir. Había caído en la depresión mas profunda de mi vida.
Llego el lunes, y me fui a trabajar. Ya no había excusas para evitar a la gente, mi actitud me ponía en evidencia de cuán vacía estaba por dentro.
- Hola Jaz- me dijo Roberto acercándose a mi escritorio, como siempre lo solía hacer para buscarme tema de conversación
- Hola Robert- dije cabizbaja
- Preocupado por ti.
- Jum- musité
- No seas hostil conmigo Jaz, solo quiero ayudarte
- ¿Crees que necesito ayuda?- le dije con desazón
- Creo que extraño demasiado a la antigua Jaz, quiero que esa chica bromista vuelva, pues, realmente me afecta verte triste. Sabes cuanto siento por ti Jaz.
- No se que decirte Rob- lo miré y se me llenaron los ojos con lagrimas. Realmente necesitaba a mi mejor amigo.
- No llores Jaz, porque si lloras yo también lloraré, y tu sabes que aquí en la oficina todos piensan que es de maricas llorar.
- Todos sabemos que tienes algo de gay Rob- dije sonriendo entre sollozos.
- Dame un abrazo nena
- Por supuesto que sí, macho.
Abrasé a Roberto tan fuerte, con todas mis fuerzas, como un niño que abraza su almohada.
La semana ya no se sintió tan vacía. Y mi madre me daba muchas más fuerzas al llegar a casa, “Es bueno verte sonreír, cariño”, me decía.
Llegó el sábado sin más apuros. Todos en el trabajo parecían entusiasmados, es que así son ellos, haciendo planes para disfrutar a lo grande el fin de semana. Al medio día acabaría la jornada, y todos miraban con ansias el reloj. Me fui al tocador, a peinarme un poco, y ver si mantenía decente el rostro, encontré ahí a Martha mientras ella se retocaba el maquillaje.
- Hola Jazmín- dijo como siempre muy efusiva
- Hola Martha, ¿Qué de nuevas?
- Preparándome para el fin de semana
- Así veo
- Pues sí, ¿adivina quien saldrá con el jefe de marketing de Macasa?
- Déjame adivinar… Tú
- Así es, nos hicimos muy amigos en la fiesta del Onix
- Pues que bien por ti Martha, te deseo lo mejor en este fin de semana entonces.
- Gracias querida. ¿y qué planes tienes, Jaz?
- Nada importante. Bueno, me voy a continuar con mi trabajo
- Te veo. Chau
- Chau
Martha si que era rápida con los hombres, eso es todo lo que diré al respecto. Me dirigí nuevamente a mi escritorio a revisar algunos archivos en la computadora, la mañana era bastante silenciosa. Note que acababa de recibir un correo a mi bandeja de entrada, era de Roberto, lo abrí y decía “¿Qué harás esta tarde Miss Jaz?”, me reí mientras lo leía, y volteé la mirada hacía el extremo de la oficina, donde se sentaba Roberto, me miró sonriéndome con una cara de niño bobo, y yo le correspondí con una sonrisa cariñosa. “Estaré en casa, sacando telarañas xD” le respondí con otro e-mail. Revisé otra vez mi bandeja de entrada y recibí otra respuesta de Roberto “Entonces llevaré una escoba para ayudarte” decía.
Cuando el reloj marcó las trece horas, era la hora de marcharse, comencé a meter mis pertenencias a mi bolso y Robert se acercó a mí.
- ¿Con que vas a sacar las telarañas de tu casa?- dijo
- Sí Rob, soy una chica muy hogareña
- Pero no vi ninguna telaraña la ultima vez que me fui, me parece que quieres evitarme
- Jajaja, claro que no Rob. En realidad tenía pensado tomar una siesta durante la tarde, pero puedes ir a visitarme si deseas, tal vez prepare algún bocadillo para compartir.
- Gracias por la invitación Jaz, me encanta hablar contigo porque siempre tienes grandes ideas
- Jajaja, Búrlate Rob
- En serio, no me estoy burlando. Esta tarde la iba pasar muy solo y gracias a ti ya tengo con quien compartirla.
- No es nada Rob
- No seas modesta, te veo luego
- Hasta luego
Tome un taxi, regrese a casa. Desde la muerte de mi padre hace poco más de un mes, siento que cada instante que puedo estar con mi madre es valioso, es por eso que me encantan los sábados, el hecho de poder saborear la comida hogareña y ayudarla a cocinar siempre nos ha unido, desde que tengo 12 años, cuando comenzaron los intentos de mi madre por enseñarme el arte culinario.
- Hola mamá- le dije mientras le daba un beso en la mejilla
- Hola Jazmín, hijita- me dijo mi madre con su amorosa voz- el almuerzo te espera en la mesa
- Creo que me hiciste trampa mamá, te dije que yo te ayudaría a cocinar, pero veo que todo ya esta listo
- No te preocupes hija, tu lavaras la vajilla
- Siempre lo hago mamá, no tienes que recordármelo
- Sabes hija, me gustan los sábados, porque podemos pasar más tiempo juntas.
- Justamente yo también pensaba en lo mismo mientras regresaba del trabajo.
- Bueno, almorcemos
- ¡Oh! ¡Que rico! Me encantan los espaguetis
- Por eso los prepare hoy, como casi siempre almuerzas fuera
- Es por el trabajo mamá
- Si, lo sé hija, solo decía
- Te preocupas demasiado por mi mamá, ya no soy una pequeña
- Siempre serás mi pequeña. ¿Qué tal te fue en el trabajo?
- Pues bastante tranquilo, ¡ah! Me olvidaba de decirte, te acuerdas de Roberto, el chico que trabaja en la oficina, que también estudió en mi universidad
- Claro que sí Jazmín, siempre venía con la excusa de estudiar contigo solo para verte
- Jajaja, no exageres mamá. Bueno, vendrá en la tarde para ver pelis y comer algo, le invité a venir porque me dijo que la pasaría muy solo hoy, así que se me ocurrió la idea de invitarlo
- Que bueno hija, ya es hora de que tengas un novio
- Mamá, solo lo invite como siempre, como amigos.
- Esta bien, si así lo dices, no te refutaré.
- Estas muy graciosa hoy mamá
Después de almorzar tome una siesta,

Juego De Azar: capitulo 06

Se que este blog trata de rock y moda... pero me he sentido deprimida ultimamente y que mejor remedio para la depresión que escribir, esta es una historia inspirada en sentimientos, ojala te agrade y por favor comenta. Derechos de autor estan reservados.
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CAPITULO 06: LO INESPERADO

Era un jueves 04 de febrero, mire a la inmensidad del cielo, tuve la sensación que ese día se veía totalmente gris y oscuro, tal vez, más oscuro que nunca, o por lo menos eso me parecía. Tomé el taxi para dirigirme a mi trabajo. No había nada interesante para mí, todo era simplemente monótono, creo que esa característica formaba parte de mi perfil; yo soy tan aburrida como mi vida.
Llegue a la tienda, marque mi tarjeta, como era de costumbre. Estaba en la oficina cuando de repente sonó el teléfono,
- Aló?- conteste –
- buenas tardes- me saludo una voz femenina -: ¿es usted Jazmín Aranda?
- sí, ella misma le contesta
- mucho gusto, señorita Jazmín, le habla la enfermera Sonia, del hospital Regional, para comunicarle que su padre, acaba de morir, hace 25 minutos
No Podía asimilar lo que acababa de escuchar, no quería entender las palabras de la enfermera, mi piel se erizó, una corriente fría invadió mi cuerpo, sentí que me faltaba el oxigeno, no podía respirar, de pronto mi rostro se encontraba bañado en lagrimas, el corazón me dolía, muy fuertemente, es un dolor casi indescriptible, me quedé muda, sin poder articular palabra alguna. Sé que no pasamos mucho tiempo juntos, se que él tuvo una vida dedicada a su propio hedonismo, sirviéndose de los placeres mundanos, él jamás se había preocupado por su salud, ni por mí, su única hija, pero tampoco tenía a nadie más en el mundo que realmente se hubiese preocupado por él. Estaba estática, completamente petrificada, con el teléfono al oído, sin poder proceder de otra forma.
- ¿se encuentra ahí, señorita? – musitó la enfermera por el teléfono
- Sí – dije, con hilo de voz, temblando, sin poder reaccionar, pero tenía que hablar, tenía que saber que había sucedido-: ¿cómo sucedió?
- Sus funciones vitales ya no respondían correctamente, parece que sufrió de asfixia mientras dormía. Sería adecuado que venga a ver el cadáver, señorita
Cadáver. Acababa de referirse así, al cuerpo inmóvil del hombre que me dio la vida; todo parecía ser un producto de la imaginación, más bien, una pesadilla. Una de esas horribles pesadillas que te despiertan a media noche, y no te dejan dormir por semanas, con la única diferencia, que lo que acababa de oír si era real, acababa de ocurrir, y no había escapatoria. Jamás me lo hubiera esperado. Corté la llamada telefónica, con un gran esfuerzo, y con un inmenso e irremediable dolor en el pecho, y un hueco oscuro en mi alma, hice el esfuerzo sobrenatural de dirigirme a la oficina del administrador de la tienda, tenía los ojos llorosos.
- ¿Qué te pasa?- me dijo Marta, la secretaria del administrador, y amiga.
- Necesito hablar con Jorge, por favor - dije con la voz resquebrajada
- Ahora mismo - Marta tomo el teléfono, y hablo con Jorge, el administrador- : pasa adelante
Entre a la habitación con el ánimo en los suelos, y el corazón colgándome en las manos.
- Pasa Jazmín – me dijo Jorge con voz apacible. Ese día se encontraba excepcionalmente de buen humor.
- Jorge, necesito pedirte permiso para salir de la oficina un par de horas- tenía un hilo de voz resquebrajada
- Se te ve mal, ¿ha ocurrido algo con tu madre? – inquirió
- No precisamente- le respondí-: acaba de fallecer mi padre – apenas pronuncie esas palabras, me quebré en lagrimas, me desmorone delante mi jefe
- En 3 años trabajando aquí, Jazmín, nunca mencionaste la existencia de tu padre.
- Lo sé – agache la mirada, desconsolada-: yo tampoco supe nada de él desde que era niña, pero hace 3 meses me hice cargo de él, cuando me entere que estaba muy enfermo. Nunca había imaginado la posibilidad de volverlo a ver, e incondicionalmente de lo que había pasado, me sentía en la responsabilidad de atenderle.
- Eres demasiado buena, Jazmín. Ahora estas sufriendo. Te comprendo; puedes irte, si eso deseas. Tienes el resto del día libre, y mañana también.
No quiero, no puedo, y simplemente no deseo describir el torbellino de sensaciones que sentí en el lapso de tiempo que me tomo llegar al hospital, el nudo de mi garganta se había convertido en el gigante bloque de hielo que congelaba mi pecho, congelando hasta mi respiración. No podía caminar, me sentía impotente para dar un paso, era como si mi ser flotara en el aire, pero no era una sensación agradable. Todo se sentía surrealista, este momento no pertenecía a lo que había planeado para mi vida. Ya sabía anticipadamente que mi padre, el ser que me engendró y me dio la vida, fallecería en cualquier momento. Aunque el doctor Nicholas no quería desanimarme o quitarme la esperanza de que mi padre no tuviera cura, jamás me lo dijo. Estos últimos dos meses yo tampoco vi mejora alguna, no le había contado a mi madre nada al respecto, porque sabía que este ya no era asunto suyo, y no quería incomodarle con más historias sobre el hombre que la abandono por irse con una prostituta, yo siempre supe que el nombre de mi padre la hizo sufrir desde aquel día. Lo que lo mato no fue solo su AVC diagnosticado, fueron las grandes escaras que tenía recorriendo todo su cuerpo, su piel amoratada a causa de la falta de circulación sanguínea, su pelvis engrandecida al extremo de parecer un globo lleno de agua, su articulaciones rigidez por la falta de movimiento que su cuerpo tuvo desde que cayó en coma, aquel día que le llevaron al hospital. Los médicos lucharon por ayudar a que mi padre se mejore, pero nunca hubo progreso, nunca hubo mejoría, y las esperanzas ya se habían perdido desde hace mucho tiempo atrás, dentro de mi corazón rogaba a dios que mejorara, que hiciera un milagro para al menos, él me escuche por última vez, quería volver a dialogar con él, desde niña no lo había hecho, quería preguntarle si alguna vez se arrepintió de abandonarnos, quería saber si aún me consideraba su hija. Todo ocurrió muy rápido, y nuestro reencuentro estaba demasiado tardío. Había perdido este partido de póker, había perdido una parte de mí, este pedazo de mi corazón se fue para siempre con mi padre.
Crucé la puerta de aquel cuarto de hospital, vi su cuerpo, y con el corazón destrozado y mis ojos llenos de lagrimas, me arrodille junto a su cama, a llorar, y no me contuve, no recuerdo por cuánto tiempo lloré, solo sé que el dolor más terrible de toda mi vida, lo sentí ese día. Lloré, y continúe llorando desconsoladamente, como si el planeta fuera tragarme, deseaba estar en lo profundo del océano, ser arrastrada por la corriente, y que las piedras del mar rompieran hasta la ultima partícula de mis huesos, pero no era posible. Lloré, lloré, y no logro recordar nada más.
Cada vez que recuerdo la semana de ese acontecimiento, me arrepiento de no haber buscado a mi padre antes, y decirle que mucho que lo amaba y que perdonaba todo lo que hizo.
Así es el destino, así suceden las cosas y sólo Dios sabe por qué suceden.
Mi madre no fue al funeral, no soportó la noticia. Se sentía muy indispuesta ante una situación así, ella es un ser muy humanitario, y sé que se le dolía el hecho de no haber podido despedirse de él, a pesar de los malos recuerdos.



Juego De Azar: capitulo 05

Se que este blog trata de rock y moda... pero me he sentido deprimida ultimamente y que mejor remedio para la depresión que escribir, esta es una historia inspirada en sentimientos, ojala te agrade y por favor comenta. Derechos de autor estan reservados.
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CAPITULO 05: CUANDO NADA ES COMO DEBERIA SER

Amaneció como siempre, con algunas nubes grises en el cielo, pero con el aire cálido que acostumbra. Tome mi blusa verde oscuro y un par de jeans, me los puse y me dirigí al hospital a ver a mi padre, y de paso tener la suerte de toparme con el doctor Nicholas Da Silva, el hombre perfecto.

En cuanto llegue a la camilla de mi padre, lo encontré dormido, como un ángel caído del cielo, observarlo así, con su calmada respiración y semblante de total paz, me daba cierta tranquilidad emocional y esperanzas de que pronto mejorara.

De pronto se acerco detrás mío Nicholas,

- Buenos días Jazmín

- Hola doctor Nicholas, me tomo por sorpresa ¿Cómo esta?- le dije totalmente entusiasmada de verlo y le regale una estúpida sonrisa de adolescente enamorada

- Bueno, la verdad el fin de semana estuve bastante ocupado buscando una casa para rentar, mi familia vendrá a quedarse finalmente aquí. Tengo la suerte de que estaré en la ciudad por un buen periodo de tiempo

- Eso es grandioso! – dije, la alegría saltaba a relucir, mi pecho se inflo de emoción pensando en la idea de que él estaría aquí `por mas tiempo

- Si… es algo realmente bueno para mí, mañana llegaran mi esposa con mis dos hijos

- Vaya, eso es…. Algo maravilloso.- me quede estupefacta al escuchar la noticia, sentía que un baldazo de agua caía sobre mí de repente. Una fría corriente de escalofríos recorrió mi cuerpo, era como si el mundo se hubiera derribado a mis pies. El hombre perfecto, El hombre de mis sueños, era casado.

Trate de controlar las lagrimas para no llorar delante de él, pero dentro de mí una parte de mi alma se había muerto.

Por alguna razón, Nicholas y yo jamás habíamos tocado el tema familiar anteriormente. Supongo, que se debió a mi temor de parecer demasiado interesada en él. Me di cuenta que me había ilusionado demasiado sin darme cuenta, había involucrado los sentimientos más intensos de mi ser por primera vez, y tenía la certeza de que jamás seria correspondida. No puedo hallar una palabra exacta para describir la sensación de obscuridad, desamor, tristeza, que de pronto comenzaron a colapsar dentro de mí ser.

Si tengo el corazón roto esta vez, es culpa mía, no puedo culpar del todo a Nicholas, fui yo quien se hizo ilusiones estúpidas sobre una amistad que apenas empezaba, quise creer que en él había encontrado lo que siempre busqué. Qué estúpida fui.

Desde que era niña, siempre tuve algún grado de repudio al sexo masculino, no me gusta despistar el motivo del porqué, en realidad estoy segura de que conozco claramente el motivo; pero no quiero recordarlo, lo pasado queda en el pasado. Los hombres pueden ser los mejores amigos, pero nunca intente enamorarme, absolutamente de nadie, pero con Nicholas hice una excepción.

Cuando conocí a Nicholas, no pude evitar pensar lo que él representaba para mí, todas esas cualidades tan difíciles de encontrar en un hombre, él las posee. No puedo evitar recordar nuestras risas, nuestras largas charlas, los momentos en que me consoló cuando estaba triste por mi padre.

Decidí que era hora de evitar chocarme con su misteriosa presencia, sé que es mejor así. Alejarme de su amistad, me ayudará a superar mis sentimientos, y olvidar lo que alguna vez me imagine.

La vida no es perfecta, y este juego está dando muchas vueltas en el tablero.