Se que este blog trata de rock y moda... pero me he sentido deprimida ultimamente y que mejor remedio para la depresión que escribir, esta es una historia inspirada en sentimientos, ojala te agrade y por favor comenta. Derechos de autor están reservados.
____________________________________________________________________CAPITULO 12: VUELVEN LOS DEMONIOS
Justo cuando empiezo una etapa tan maravillosa en mi vida me vuelvo a derrotar. Tengo que admitir que aceptar que soy muy depresiva, que siempre cuando parezco estar feliz, regresan los demonios del pasado y simplemente lloro.
Todos los días felices junto a Roberto son los mejores de mi vida, pero se opacan cuando regreso a casa y siento que la historia de siempre regresa a mi cabeza y el hueco en mi alma se pone más oscuro.
Ya lo mencionado antes, no quiero juzgar a mi padre, no pienso que él haya sido malo, simplemente fueron sus circunstancias las que le jugaron su actitud; pero sin embargo me es imposible borrar mi niñez, es difícil borrar esa parte de mi vida.
Cuando mi padre comenzó a frecuentar a esa mujer, su amante, se convirtió en un hombre violento, es decir más a menudo de lo usual. Él era una persona de carácter fuerte, pero la ira y el enojo pasaron a ser sus características personales.
El día en que mi madre le escucho hablando por teléfono con su amante el se fue de casa temprano por la tarde, aquel día era su cumpleaños y él no quería estar más cerca de nosotros. Recuerdo que regresó de madrugada muy ebrio y yo le pregunté “Papá ¿Estuviste con otra mujer?”. Aún en mi inocencia yo ya sabia identificar la infidelidad, porque cuando tenía cuatro años, casi cinco, vi a mi padre tocándose con la sirvienta de manera lasciva en la cocina cuando mi madre no estaba en casa. Esa pregunta desato la ira más intensa en su ebriedad, y aún puedo visualizar claramente como sus manos se dirigían directamente a mi cuello con fuerza, creo que él quería estrangularme. Mi madre reaccionó apenas lo vio y con desesperación se lanzó para alejar sus manos de mí. Pero él era más fuerte que nosotras.
Corrimos a mi habitación y cerramos la puerta, ésta era de fierro y vidrio. Él comenzó a patearla con tal fuerza e ira, que los pedazos de vidrio volaron por toda la habitación, cayendo sobre mi madre y sobre mí. Ambas gritamos con desesperación y temor, sentíamos miedo de mi progenitor. Aún no recuerdo claramente y no me puedo explicar cómo alcanzamos las llaves de la casa logramos abrir la puerta para salir corriendo a la calle, hasta llegar a la comisaría, aunque la policía no hizo nada al respecto. Después de tanto caminar llegamos a la casa de las monjas, le contamos a la madre superiora todo lo ocurrido y pasamos el rato ahí hasta que nos dio las 5:30 de la mañana. Ese día no quise regresar a casa.
Poco después de ese último incidente se fue de casa a vivir con su amante, y eso es todo lo que recuerdo de él.
Cuan era más pequeña recuerdo que mi madre y yo corríamos por la calle mientras que mi padre nos perseguía a pedradas. También recuerdo los moretones de mi madre, pero ella siempre me respondía que se había lastimado accidentalmente. Ahora entiendo que ella escondía su dolor para no hacerme más daño del que vivíamos.
No juzgaré ninguna de las decisiones que mis padres tomaron en el pasado, ellos trataron de hacer lo correcto, cada uno a su manera. Él dolor aún es grande, pero solo regresa en mis recuerdos, y necesito contarlo a alguien para poder liberarme de él, porque si no lo hago siento que mi cabeza explotará y estaré al borde del suicidio. Pero recapacito y pienso en las cosas buenas que también me han pasado, el amor incondicional de mi madre, y el amor sincero de Roberto, y pensando en ellos, es que me libero de mis demonios espirituales, por lo menos por ahora.
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Iremos a un sitio fuera de la ciudad a unas 5 horas de distancia, estoy muy emocionada porque sé que esto nos permitirá compenetrarnos mucho más, si eso es posible, porque la verdad él me conoce a la perfección, debe ser por tantos años juntos como amigos, compartiendo alegrías y angustias juntos. Ya hemos reservado una casa cerca de la playa, que por fortuna no es muy cara, que no es muy grande, pero es perfecta para nosotros.
Sí, lo sé. En este viaje pueden suceder muchas cosas nuevas, si es que la situación lo amerita, pero aún no estoy segura de querer mucho contacto físico, primero porque mi madre siempre me instruyó sobre la castidad, y que debo mantenerme virgen hasta la noche de bodas, y segundo porque hice un compromiso con Dios desde muy pequeña para cumplir con mi castidad. A estas alturas estuve reconsiderando mis opciones, porque cada vez que estoy más cerca de Roberto lo carnal se vuelve más evidente, y cobra más fuerza que lo racional.