Juego De Azar: capitulo 10

Se que este blog trata de rock y moda... pero me he sentido deprimida ultimamente y que mejor remedio para la depresión que escribir, esta es una historia inspirada en sentimientos, ojala te agrade y por favor comenta. Derechos de autor están reservados.
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CAPITULO 10: TENSIÓN

Trabajar en la oficina con novio es algo que muchas chicas desearían, aunque por otra parte te puede traer ciertos prejuicios porque muchos opinan que puede afectar tu desempeño laboral. Gracias al cielo yo me encargo del abastecimiento y Roberto de las finanzas. Ya han pasado dos largos meses desde que mi padre falleció, y Roberto es quién me ha dado el soporte suficiente que mi vida necesitaba, me ha aliviado en gran medida todo el cariño y la amistad que me brinda constantemente. Jamás pensé experimentar un amor así, es demasiado bueno para ser cierto, y muy surrealista en todo sentido. Pasé de ser una persona que solamente hacía reflexiones sobre la miseria y el destino, a pensar en el romance y la felicidad por primera vez. Sé que ya no soy una niña, tener 29 años no es lo mismo que tener 16 y estar en la universidad, ahora mis responsabilidades como ser humano se han incrementado, y preocuparme por mi reloj biológico es primordial, sé que debo aprovechar esta maravillosa oportunidad que la vida me da con Roberto, no quiero pasar sola el resto de mi vida.
Roberto y yo hemos tratado de mantener discretamente en todo lo posible con respecto a nuestra relación, el hecho de ser mejores amigos nos ha favorecido bastante, aunque Marta, Teresa y Daniel han empezado a notar ciertas diferencias en nuestro trato.
Era una tarde de miércoles en oficina, Roberto y yo nos enviábamos correos cariñosos en el trabajo, solo para mirarnos de rato en rato. Mi jefe me llamó para ir a su oficina inmediatamente, tenía que entregarle el informe del stock de mes; así que cogí la carpeta con los documentos y me fui corriendo olvidándome la pantalla de mi computador encendida. Ese fue mi gran error de la semana, dejé mi bandeja de entrada con un correo romántico de Roberto, sin imaginarme que mi entrometida compañera de trabajo, Marta, iría a husmear en mi pantalla. Cuando regresé de entregar ese informe note que todos me miraban con cierta risita. Roberto estaba ahí, completamente concentrado en su trabajo y no notó nada importante. Pasé cerca de Teresa, para recoger unos documentos que necesitaba.
- Felicitaciones Jaz- me dijo Teresa sentada desde su escritorio apenas me vio
- Gracias- dije anonadada –y eso, ¿por qué?
- Por tu noviazgo, tu madre debe estar muy feliz que dejaste la transición de solterona ¿No?
Sus palabras me sonaron crueles y despiadadas, sabía que sus comentarios no eran bien intencionados. El chisme en los lugares de trabajo sí que vuela.
- Pues no más feliz que yo – le respondí
- Suponía eso – dijo con una mordaz sonrisa
- Y supones perfectamente, Roberto y yo estamos más felices que nunca, porque nos conocemos perfectamente bien.
- Sí… hace tiempo que se veía deseoso de tener algo contigo. ¿por qué no nos comentaste antes sobre ustedes?
- Porque sabíamos que tarde o temprano alguien se encargaría de husmear entre mis cosas – le respondí con sonrisa sarcástica
- No pienses que somos entrometidos Jaz, pero ya sabes, como amigos y compañeros de trabajo, nos preocupamos por todos.
- Sí, lo sé Tere. Somos como los mosqueteros, “todos para uno y uno para todos”, especialmente con las noticias
- Jajaja muy buena esa.
- Bueno, no quiero perder mucho el tiempo, tengo mucho que hacer
- Perfecto, bye querida.
- Hasta luego, Teresa.
Me dirigí a mi escritorio con un poquito de rabia, pero, bueno, así es siempre la vida en la oficina, todos se preocupan por traer chismes de la vida de los demás. Tal vez tomo demasiado en serio la actitud de mis compañeros de trabajo. Así que me relajé y decidí dejar atrás el estrés.
De regreso a casa, Roberto me llevaba en su auto. Le comenté lo ocurrido.
- Cariño, te preocupas demasiado, ya los conoces, no deberías tomarlo tan en serio – Dijo Roberto
- Los conozco perfectamente, Robert, pero lo que no me gusta para nada es esa actitud de Marta por enterarse de todo revisando las pertenecías de los demás, eso es de muy mal gusto
- Es de pésimo gusto, pero no perdemos nada, algún día iban a enterarse.
- Lo sé, solo que no se qué dirá la gerencia al respecto, acuérdate de que hay una política muy estricta en la empresa con respecto a las relaciones entre empleados y su desempeño laboral, y ese rollo que traen.
- Jaz, eres una excelente empleada, inteligente, dedicada, y lo mejor de todo, me tienes completamente a tus pies.
- Oh Rob, tienes toda la razón cuando haces hincapié a lo mejor de todo
- Siempre tengo la razón – me dijo con una leve risita.
- Por supuesto que sí, siempre tienes la razón – le dije mientras besaba su mejilla.

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